Ayer fui a ver una película de M. Night Shyamalan. Si, el director del Sexto Sentido, Señales, La joven del agua... La película en cuestión “The Happening” (“El Incidente para los hispano hablantes) está llena de simbolismos, escenas grotescas y naturaleza salvaje.
No quiero desgranar aquí la película. Tampoco quiero hacer un análisis. Cuando salí del cine -iba acompañado de unos amig@s- estaba un tanto extrañado. Es cierto que pasé angustia -para mí angustiarme no es muy difícil-. También pasé inquietud e incertidumbre. Esos tres elementos: angustia, inquietud e incertidumbre son los que vivo día a día en mi experiencia vital.
Viendo cómo va el mundo -aunque sea bajo la visión de grandes corporaciones multimedia con una toma fija de lo que es la realidad y descartando otras realidades-, teniendo miedo de los terremotos, el cambio climático, los excesos, soñando a veces con catástrofes y también observándome en el espejo y observando a otras personas en los transportes públicos, veo angustia, inquietud e incertidumbre.
Es cómo si la sociedad fuera un puzzle sin encajar. Y hoy precisamente lo hablaba con S. , le decía “Tenemos que apoyarnos unos a otros a pesar que en la vida si sufrimos nadie puede sufrir por nosotros y hay un cierto elemento de soledad insalvable, pero si podemos apoyarnos, estar ahí”.
Y la pregunta que me surge, tanto a nivel personal cómo sugerida por la película es: ¿Qué es el egoísmo? Es decir, si dentro de la “despersonalización” de vivir en una gran ciudad, no podemos pensar en lo social, en todas personas, debemos pensar solo en nosotros mismos aún cuando necesitamos de otros para vivir?
M.
sábado, 14 de junio de 2008
El Incidente y el egoismo
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