jueves, 10 de julio de 2008

Solamente Un Fuego




Ni el cielo sabe que hora es. Eso ruboriza a las nubes. La Rosa de Fuego, una flor de papel. Voy a quemar frases hechas. Vestigios de lo que no pudo ser. Malos ejemplos que arderán con fe. Tantas paredes como espadas. Nudos como gargantas. Tantos corazones como puños. Hay verdades como aguas que no beberé jamás. Extintoras de mi voluntad. Lanzas rotas. Caras que hay que dar. Todo lo que creo es solamente un fuego. Mejillas que poner no nos quedan más.


martes, 1 de julio de 2008

Descompensado


Estar descompensado es lo peor que te puede pasar. Casi es mejor estar enfermo, con gripe, romperte una pierna o pensar en regar margaritas en ese balcón que no tienes.

Porque unas personas se compensan a otras. Si yo necesito cuidar y tengo a alguien enfermo será perfecto. Si yo necesito que me cuiden, estoy enfermo y tengo una persona que cuide de mí será perfecto. Si yo necesito gritar y tengo a alguien con quién discutir será perfecto.

Pero ¿Qué pasa si yo necesito amar y tengo a alguien que no es el adecuado?

¿Qué pasa si nunca supe vivir por mí mismo? ¿Qué pasa si me da miedo mostrar la verdad de mí mismo a los demás y cuando lo muestro temo que me juzguen?

Pues que estoy descompensado. Y estar descompensado es cómo vivir con un zapato de tazón y una zapatilla de invierno.

Antes pensaba que las personas podían vivir solas o mejor, que yo podía vivir solo, sin nadie, por mi mismo, para nadie más, en plan ermitaño, combatiendo mis infiernos, mis fantasmas o mis monstruos. Ahora creo que soy lo suficientemente vulnerable cómo para saber que mi vida necesita ser compartida y ojalá encuentre esa balanza que haga que el equilibrio entre el tacón y la zapatilla de invierno se equipare lo más posible.

¿Alguna vez has estado descompensado tú?


M.